miércoles, 18 de diciembre de 2013

A más de dos años de emigrar (finaliza este blog)

Hace más de dos años inicié la aventura de emigrar a Canadá. Por esa misma fecha escribí una entrada que esperaba se convirtiera en trilogía. La verdad, abandoné el tema simplemente porque he estado ocupado, a veces trabajando y a veces disfrutando Montreal, una ciudad que con todo y sus inviernos me sigue atrapando.

He abandonado también el tema porque, luego de dos años, realmente no me siento con propiedad para opinar de la Venezuela actual. Además, existen otras personas que lo hacen mucho mejor que yo, como es el caso de John Manuel Silva.

De hecho, John Manuel escribió unexcelente artículo donde compara su relación con Venezuela con una relación de pareja, donde ella (Venezuela) no cae en sus argumentos y él no la termina de enamorar.

Algo similar pensé escribir como parte de la trilogía, aunque mi enfoque era un poco diferente. Por mi parte, en mi analogía Venezuela sería una relación que tuve durante un larguísimo tiempo, donde por un lado ella decía que me quería pero por otro lado me trataba muy mal. Por supuesto, también hubo momentos muy buenos, pero al final no compensaron. Traté de conversar los problemas (a través del voto) pero al final me di cuenta de que ella no iba a cambiar, y yo tampoco iba a cambiar (mi ideología) simplemente porque ella me lo pedía. Al final, la salida más constructiva que se me ocurrió fue terminar la relación y cortar por lo sano. Espero, eso sí, que al menos podamos quedar como amigos.

Me fui sin hacer demasiada alharaca porque lo que John Manuel dice con mucha facilidad, yo lo aprendí de la forma difícil. Ya una vez me fui de cierto blog, también frustrado por ver que no íbamos en la misma dirección, y en lugar de simplemente irme armé un berrinche que no aportó nada y sólo me restó algunos amigos. Al final, creo que uno aporta más donde uno se siente bienvenido y su forma de ser y pensar está en cierta armonía con el resto. Eso lo he encontrado en Canadá (en la metáfora, mi nueva pareja) y aunque no es perfecta, sus defectos me parecen llevaderos y suficientemente manejables como para hacer mi vida aquí.

Por esta razón, siento que este blog no tiene más razón de ser. Aunque sigo pendiente de la situación en Venezuela porque todavía tengo muchos amigos y familiares en el país, también es momento de que invierta mi tiempo y energías en seguir labrando mi futuro acá. Las reflexiones seguirán, pero tal vez en un ámbito más global, y a través de diversas obras.

Pronto arrancan nuevos proyectos, y por supuesto que Venezuela estará muy presente en ellos. Si están interesados en seguirlos, les recomiendo que sigan mi blog profesional en español, y desde allí pueden ver diversos enlaces a mi presencia en la red.

Un abrazo y gracias por haber leído, opinado y compartido.

sábado, 6 de octubre de 2012

6 mitos electorales que nos quieren hacer creer para el 7-O

En vísperas de las elecciones en Venezuela, han surgido cientos (y capaz miles) de artículos de opinión donde pronosticadores y opinadores de oficio dan su versión de lo que va a pasar en apenas unas horas en Venezuela. En un país polarizado, los escenarios varían de acuerdo a la postura política de cada quien. Esto no es sorpresa.

Lo que sí me ha sorprendido, y bastante, es ver como algunos opinadores que se definen como "neutrales" se han dedicado a repetir algunos de los mitos que vienen impuestos desde el poder. Me refiero en particular a los artículos de rufian en su tumblr, y a las declaraciones del cineasta Carlos Narváez a Radio Canadá Internacional. ¿Cuáles son esos mitos? Vamos a verlos uno por uno.

6) Para que haya estabilidad el ganador debe ganar por diferencia amplia


Si se tomaron el tiempo de leer el artículo y escuchar la entrevista verán que esta es una de las principales conclusiones de ambas opiniones. Yo creo que ambos están equivocados por una razón muy sencilla: en las dos últimas elecciones presidenciales la diferencia ha sido amplia, y no ha habido estabilidad. ¿Por qué? Porque el enfoque del ganador siempre ha sido que como tiene la mayoría, el papel de la minoría es, en buen venezolano, "calársela" y ya.

En mi opinión, la estabilidad no se impone. La estabilidad viene por el simple hecho de que se acepte que se vive en un país heterogéneo, donde las diferentes corrientes políticas pueden convivir. Eso no depende de la cantidad de votos que obtenga el ganador, sino de su voluntad política de convocar a aquellos que no votaron por él. Cuando hablo de "el ganador", por cierto, me refiero a los factores políticos que lo apoyan, no sólo a la figura del político. Y ya que andamos en eso...

5) La campaña se centra en "amar" u "odiar" a Chávez


Si generalizar es malo, hacer una afirmación tan reduccionista como la que hizo Carlos Narváez es casi criminal. Decir que de los millones de electores (¿y electoras?) que van a votar el domingo decidirán el futuro del país en base a si "aman" u "odian" a Chávez es absurdo. Creo que John Manuel Silva lo expresa mucho mejor que yo.

Claro, sería una ingenuidad de mi parte decir que el carisma no juega una parte fundamental en cualquier proceso electoral, pero ahí también entra una nueva variable: Capriles Radosnki también tiene carisma. Es cierto que Salas Römer o Manuel Rosales tenían muy poco enganche emocional con el electorado, pero en el caso de Capriles Radonski no es así. Por eso, incluso cuando hablamos de los aspectos menos racionales y más emocionales de la elección, ya no sólo juega el amor (u odio) a Chávez, sino las sensaciones que despierta Capriles. Y ya que hablamos de carisma...

4) Capriles va a perder porque Chávez es invencible



Creo que uno de los momentos más tramposos del análisis de rufián es cuando habla del referendo constitucional que perdió Chávez, porque dice que esas elecciones no las perdió Chávez, sino el chavismo. Y digo que me parece tramposo porque allí procede a comparar a Chávez (el candidato) contra la oposición (la tendencia política). Lo más justo sería comparar tendencias y candidatos.

Si medimos a las dos corriente con la misma bara, podemos decir que el chavismo ha perdido elecciones, y la oposición también. Ahora, si vamos a los candidatos, allí la cosa se pone interesante, porque Hugo Chávez Frías no ha perdido ninguna elección, pero Henrique Capriles Radosnki tampoco. En serio, pueden chequear su carrera política. Ganó como diputado, luego en sus sus períodos como Alcalde de Baruta. Incluso cuando todas las encuestadores decían que no podía ganarle a Diosdado Cabello en Miranda, Capriles ganó. Decir que "Capriles va a perder porque Chávez nunca ha perdido" es tan falso como decir que "Chávez va a perder porque Capriles tampoco ha perdido nunca". Muchos dicen lo primero, ¿pero han escuchado a alguien decir lo segundo?

En todo caso, yo no creo que la elección de mañana se resuma simplemente a dos individuos. Y ya que andamos en eso...

3) La oposición no tiene plan de gobierno


La principal crítica que han tenido los candidatos de la oposición es que no tienen liderazgo ni carisma. Ahora que eso ha cambiado, el principal argumnto que esgrimen sus principales críticos es decir que la oposición no tiene plan de gobierno, esto a pesar de que el Plan de Gobierno está disponible en línea para cualquier que lo quiera leer.

Lo insólito de este mito es que, aunque basta un enlace para demostrar su falsedad, muchas personas insisten en repetirlo. Incluso rufián se hace eco de ello al ridiculizar al plan de gobierno de la oposición llevándolo a algunos comentarios sobre "escuelitas hechas en Miranda" . En su caso, argumenta que el plan de Capriles es ridículo, irrelizable y no explica los mecanismos con los cuales van a lograr sus objetivos.

Vamos a comparar de una manera muy sencilla, vean la imagen de arriba.

Si creen que formar 20.000 nuevos policías es más irreal que contribuir "a la salvación de la especie humana", me limitaría a deir que tenemos opiniones diferentes.

Y ojo, quiero aclarar que a estas alturas no estoy diciendo que rufián ni Carlos Narváez sean chavistas disfrazados de "neutrales" u "opositores realistas". Muy por el contrario, tal vez ellos viven bajo uno de los grandes mitos que hay en todas las elecciones...

2) La Falacia del Nirvana




"La falacia del Nirvana es el error lógico de comparar cosas reales con cosas irreales o alternativas idealizadas. También puede referirse a la tendencia de suponer que existe una solución perfecta a un problema particular." via Wikipedia.

Así de simple. Si yo tuviese que comparar la falacia del nirvana con una canción, sería Penélope, de Joan Manuel Serrat, aquella tonada donde la mujer se queda esperando un amor idealizado que jamás llega. Ustedes lo deben haber visto en amigas y amigos, que pueden llegar a salir con parejas potenciales pero eventualmente los descartan porque no representan exactamente todos los ideales que ellos tienen de lo que debería ser su pareja.

En lo político también existe, y no me refiero a los "ni-ni"s que no representan voto duro para ninguno de los dos bandos, ya que cambian de opinión porque están en su derecho. Los "penélopes" políticos son los "cínicos" (o hipsters intelectuales) que creen que están por encima de todo y que no votan porque no hay un candidato que tenga exactamente su misma ideología, visión de la economía, moral, valores familiares, religión y posiblemente color de pelo y película favorita. Aunque insisto que esto lo expresa mucho mejor John Manuel Silva (y que conste que es segunda vez que coloco este enlace, de pana léanlo).

Y ya que hablamos de idealizar, vamos con el último mito...

1) En estas elecciones se juega el todo por el todo

No lo digo yo, lo dice Chuck Norris.


Sí, Chuck Norris es republicano y lo que ven arriba es al actor haciendo un llamado a votar por Mitt Romney, porque si Obama volviese a ganar "Estados Unidos se sumiría en mil años de obscuridad" (música dramática). No sólo es Chávez quien dice que de las elecciones de Venezuela depende el futuro de la humanidad.

No me maltinterpreten. Yo creo que en estas elecciones también se juega el futuro de Venezuela, pero digo "también" porque creo que lo mismo pasó en las de 1998, 2000 y 2006. Estas elecciones no son diferentes a aquellas, ni tampoco lo serán las del 2018, ni los procesos electorales antes de esa fecha... Ni la forma en la cual la democracia se debe manifestar en el día a día.

Mucha gente con la que he hablado me han dicho que para ellos estas será "la última oportunidad", ya que si volviese a ganar Chávez, decidírían emigrar fuera de Venezuela. Otra gran razón la da John Manuel (sí, por tercera vez el mismo enlace, por si no lo han leído). Por supuesto que los entiendo, ya que yo mismo decidí hacerlo hace ya varios años, aunque por otras razones que tal vez indirectamente tenían que ver con el resultado de unas elecciones, pero que más directamente tuvieron que ver con la manera cómo se comportó la población en general.

En todo caso, el motivo de estas líneas es invitarlos a votar. Y sé que esto se dice fácil cuando mi centro de votación es el Consulado de Venezuela en Montreal, pero vayan a votar. Ahora, yo no voy a hacer ningún partidismo en mis líneas finales. No importa por quién vayan a votar, si por Capriles, o por Henrique, o por Radosnki. Lo importante es que vayan :-)

martes, 24 de julio de 2012

Mi cita favorita de Bolívar

"V. sabe que yo he mandado 20 años y de ellos no he sacado más que pocos resultados ciertos. La América es ingobernable para nosotros. 2°. El que sirve una revolución ara en el mar. 3°. La única cosa que se puede hacer en América es emigrar. 4°. Este país caerá infaliblemente en manos de la multitud desenfrenada, para después pasar a tiranuelos casi imperceptibles, de todos colores y razas. 5°. Devorados por todos los crímenes y extinguidos por la ferocidad, los europeos no se dignarán conquistarnos. 6°. Sí fuera posible que una parte del mundo volviera al caos- primitivo, este sería el último período de la América."

domingo, 1 de abril de 2012

A un año de emigrar, Vol. 1: Razones


Hace una semana un compañero de trabajo me preguntó si no extrañaba Venezuela. La pregunta me agarró fuera de base, y más aún la respuesta: no, no la extraño... Lo que me costó un poco fue justificar por qué. ¿Por qué no extraño Venezuela, el país en el que me nací y me crié?

Lo más fácil sería simplemente hacer un balance de lo mal que vivía en Venezuela y lo bien que vivo en Canadá, pero creo que sería simplificar demasiado el asunto, por más que ciertos amigos, conocidos y colegas sí tengan la visión que quienes decidimos emigrar somos personas egoístas que nos desinteresamos de los demás y sólo pensamos en el bienestar propio. La realidad es que no puedo extrañar Venezuela, al menos en el sentido de querer regresar a ella, porque esa Venezuela donde yo nací y me crié simplemente no existe.

Para poner un ejemplo concreto. Yo nací en Caracas, Distrito Federal, una figura política que desde hace doce años no existe. Gran parte de mi adolescencia la pasé frecuentando los alrededores del Paseo Anauco en la Candelaria (que ha cambiado al punto que, al menos hace un año, estaba completamente irreconocible para mí). Tal vez mi zona favorita de Caracas era la Plaza de los Museos, pero principalmente por el Ateneo de Caracas, donde me encantaba pasar tardes yendo a los ciclos de cine en la Sala Margot Benacerraf. Nada de eso existe ya, al menos como yo lo conocí.

Si voy a un caso más drástico, puedo hablar del suceso que ocurrió hace casi cinco años y me motivó a irme del país: el cierre de RCTV. Tal vez es un poco irónico que yo nombre esto porque en diciembre del año 2006 yo renuncié a RCTV porque cambiaron al jefe de escritores del programa donde yo trabajaba y yo no compartía en absoluto el enfoque que él quería darle al programa.

Ahora, una cosa es que yo no quiera trabajar en RCTV y otra es que yo no quiera que exista ese canal.

Aunque no defiendo a RCTV como empresa, sí defiendo su derecho a existir, especialmente en una sociedad democrática, ya que me parece un sin sentido decir que los ciudadanos están en capacidad de decidir quién es el Jefe de Estado y Comandante en Jefe de la Fuerzas Armadas... pero no están capacitados para decir qué canal de televisión ver.

El cierre de RCTV no me impulsó a irme únicamente por el terrible antecedente que fijó contra la libertad de expresión, o por el doble discurso que mencioné en el párrafo anterior. Me fui de Venezuela porque el cierre de RCTV significó la puesta en práctica de una filosofía que había leído en un graffiti muchos años antes: “con hambre y desempleo... con Chávez me resteo”. Sí, con la salida del aire de este canal 3.000 personas se quedaron desempleadas en un país donde, supuestamente, la mayor preocupación es la falta de empleo.

En un país siempre va a haber diferencias políticas, precisamente porque todos tenemos una visión diferente del bien común, o al menos de cómo conseguirlo. Pero en ese graffiti, y después en el cierre de RCTV, se dejó bien claro que quienes defienden la Revolución Bolivariana no ven en ella un medio para conseguir una mejor Venezuela, sino que la Revolución Bolivariana es en sí misma un fin, y cualquier medio es válido para conseguirlo.

Una gran parte de los venezolanos piensan así, ¿y quién soy yo para contradecirlos? Muchos critican a quienes nos vamos por no luchar por el país. Pero, ¿saben qué? Después de doce años yo siento que estaba luchando contra el país, porque la mayoría de los venezolanos no comparte mi concepto de progreso y prosperidad. Entonces, ¿qué hacer?

Cuando me fui de RCTV me reuní con el nuevo jefe de escritores y le dije: “el tipo de contenido que tú manejas no es el que yo escribo, ni el que mejor hago. Creo que sinceramente no tengo nada que aportar aquí, así que mejor me voy”. Y creo que eso exactamente es lo que me ocurrió con Venezuela, que no tengo nada que aportarle.

Claro, muchos leerán esto y dirán que exagero, o que soy un cómodo, o que simplemente estoy equivocado. No sé si tendré razón o no, pero de eso creo que hablaré en otra entrada.

domingo, 29 de enero de 2012

¿Dónde comienza la violencia?



La imagen que abre esta entrada apareció en mi línea de tiempo de la red social Facebook. Los que vivimos en Caracas sabemos que a la izquierda se aprecia una parte de Petare y a la derecha La Urbina. No hace falta ser de Caracas para saber que a la izquierda de la imagen hay una clase social y a la derecha hay otra, aunque los que somos de la capital venezolana sabemos que La Urbina no es una zona de clase alta, sino de la cada vez más inexistente clase media venezolana.

Ralmente esta imagen me afectó y puedo llegar a decir que hasta me deprimió un poco. Pero más que la imagen, me afectaron más algunos comentarios que encontré a propósito de esta foto, principalmente uno que decía:
"Yo digo que Napalm..."
Y todavía más deprimente para fue leer una respuesta inmediata:

 Napalm supongo que en los edificios, no?
Si no comparto el punto de vista de ninguno de los dos comentarios, ¿por qué me afectó más el segundo que el primero? Bueno, podría decir que porque conozco gente que vive en La Urbina, pero esa no es la razón. La verdadera razón es que conozco a la persona que hizo el segundo comentario, quien no sólo no es venezolana y apenas si ha pasado por Caracas de vacaciones, sino que es una persona que se rasga las vestiduras por la violencia en su país. Así es, una pacifista que critica la violencia deseando que destruyan La Urbina con Napalm.

A lo mejor ella misma, o quienes comentaron en la imagen se lo toman a manera de chiste, como si las palabras no pudiesen ser violentas en sí. Como si el paso previo a irse a las manos no fuese siempre un insulto, una mala palabra, o una frase que puede llegar a doler más que un puñetazo. A lo mejor esta persona nada más critica la violencia cuando ya se encuentra en sus últimas consecuencias, pero, ¿no sería mejor evitar la violencia desde el principio? ¿Qué cosa buena puede salir de una frase así?

Para añadir más ironía al asunto, el único comentario que hice sobre la foto fue exactamente como me sentía:
"Pensé que la foto no podía deprimirme más hasta que leí los comentarios..."
Y resulta que a ella le gustó mi comentario, tal vez creyendo que la cosa no era con ella.

Tal vez su frase me afecta tanto porque recuerdo precisamente otro comentario de esa persona con respecto a una noticia de un crímen violento en su país. Escribía que nuestras sociedades no pueden progresar porque somos demasiado violentos. ¿Y saben qué? Creo que ella tiene razón. Si alguien como ella puede hacer un comentario como ese, quiere decir que la violencia ya ganó.

martes, 19 de julio de 2011

Cuando se disfruta vivir en conflicto

pelea

Hace como un mes me encontraba en mi perfil de Facebook leyendo un artículo de un amigo que suele publicar reflexiones personales muy interesantes. El formato de los artículos, así como la ausencia de pseudónimos en la red social (la mayoría de los individuos firman con su nombre real) ha hecho que se convierta en el nuevo lugar de discusión por excelencia. Si me preguntan a mí, creo que pronto cerraré este blog y seguiré publicando por Facebook.

Pero al grano. El artículo de mi amigo era de esos bien frontales, que no dejan títere con cabeza. Lo que me sorprendió no fue su artículo, sino uno de los comentarios que le dejaron. Allí, una amiga de él le escribió que era un (insertar aquí nombre de blog x) en potencia, porque mi amigo disfrutaría con “las que se arman” allá. Me pareció curioso este término, porque rara vez uno escucha que se arma una discusión. De hecho, “se armó una” por lo general se refiere a una “sampablera”; es decir, una batalla o conflicto.

Uno podría decir, sin duda, que las discusiones encendidas pueden llevar a argumentos interesantes. Sin embargo, en la invitación no se está reivindicando el nivel de la discusión, ni los aportes que esta puede tener al texto original. Lo único que se reivindica es que va a haber conflicto y mi amigo lo va a disfrutar.

Tal vez estoy leyendo demasiado en un corto texto, o tal vez no. Como alguien que participó en ese blog x durante un tiempo, puedo decir que en algún momento me cansé de esa dinámica conflictiva de la cual yo también hacía parte, por cierto.

Claro que hay gente que trabaja mejor bajo presión. Creo que cuando decimos (con cierta razón) que “los venezolanos dejamos todo para última hora” damos fe de una clásico ejemplo de esto: Uno podría hacer lo que tiene que hacer con calma, cualquier día, pero por alguna razón, preferimos trabajar entre la espada y la pared. ¿Es que se disfruta vivir en conflicto y presión? ¿O es que ya es un asunto de costumbre?

lunes, 11 de julio de 2011

Escribiendo desde el liberalismo

Tenía meses sin escribir nada, principalmente porque muchas cosas han cambiado en mi vida. De hecho, ¿recuerdan aquella encuesta donde les preguntaba qué hacer con mi vida?. Pues, finalmente les hice caso y me fui de Venezuela. Llevo un poco más de tres meses viviendo en el que considero mi nuevo país.

Quebec_flag

Honestamente han sido meses de muchas diligencias, estrés y adaptación. Claro que los estándares de “estrés” varían mucho de país en país, y Canadá me parece que es un país particularmente relajado en muchos aspectos, especialmente si lo comparo con Venezuela. Aunque para ser más justos y exactos, creo que debería comparar Montreal con Caracas, porque ciertamente hay ciudades de Venezuela donde el estilo de vida tampoco es tan caótico como en mi ciudad natal.

No había escrito no sólo por falta de tiempo, sino porque no había ocurrido nada que me impulsara a hacerlo. Sí, por ahí medio leí de la toma del Rodeo, y de la enfermedad (o “enfermedad”) de Chávez; pero debo decir con toda franqueza que si me tomé el trabajo de inmigrar a otro país es, precisamente, para no seguir en Venezuela, ni física ni mentalmente. Lo que me impulsó a escribir hoy fue una pequeña reunión que tuve ayer con unos amigos venezolanos que viven acá (y asumo que cada vez seremos más) donde alguien en algún momento dijo una expresión que me hizo recordar cientos de discusiones que tuve en Internet con respecto al mismo tema. Luego de varios minutos conversando sobre la cantidad de ayudas que existen para los ciudadanos (e inmigrantes residentes), mi interlocutor soltó una frase sencilla e inocente: “a este sistema uno sí lo puede llamar socialismo”.

facepalm

Si uno revisa la historia de Canadá, se dará cuenta de que, en toda su historia, jamás ha estado dirigida por un gobierno socialista. Si uno va a nivel provincial y analiza la historia de Québec, verá lo mismo. De hecho, los dos partidos más grandes de la Provincia en las últimas décadas han sido el Partido Québequense y el Partido Liberal de Québec. El primero es un partido socialdemócrata y separatista, el segundo es un partido (¡sorpresa!) liberal con una postura federalista. En Canadá y en Québec claro que existen partidos comunistas y socialistas, pero en las últimas elecciones no lograron capitalizar más de un 1% de los votos. Entonces, ¿por qué decir que el estado del bienestar que funciona, es gracias al socialismo?

Honestamente, creo que es gracias al lavado de cerebro que se ha efectuado desde el Río Grande hasta la Patagonia, donde durante décadas se ha aplicado una propaganda muy sencilla: todo lo malo es de derecha y todo lo bueno es de izquierda. Por el forro se pasan no sólo la teoría liberal clásica, sino los ejemplos prácticos donde los Partidos Liberales han llegado al poder y han aplicado subsidios, educación gratuita, salud pública, seguridad social y un largo etcétera que desde siempre han formado parte del liberalismo. A mí mismo me han atacado y llamado “contradictorio” porque siempre he defendido las teorías liberales y apliqué a subsidios del CNAC, por ejemplo, como si el liberalismo fuese en contra de iniciativas como esa.

Creo que uno podría sentarse a exponer cientos de casos, pero si algo me quedó claro en mi última experiencia en un blog “participativo” es que siempre va a haber gente (y en Venezuela son mayoría) que creen que aunque un gobierno se llame socialista y aplique políticas socialistas no es “verdaderamente socialista” porque hace las cosas mal; mientras que un gobierno que se llame liberal y aplique medidas políticas liberales sí es socialista (¿?), porque hace las cosas bien.