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miércoles, 10 de noviembre de 2010

La vigencia del debate

Ser de izquierdas es, como ser de derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral...
- José Ortega y Gasset


Abro esta entrada con esta cita porque coincido con el artículo de Angie Rodríguez en su nuevo blog Panóptico Invertido. El razonamiento me parece acertado, puesto que en la mayoría de los países del mundo se está aplicando la máxima de “no importa si el gato es blanco o negro, lo importante es que cace ratones”.

Ciertamente, los términos de izquierda y derecha parecieran caducar cuando uno ve que Estados Unidos, en algún momento principal promotor del liberalismo, lanzó una ofensiva gubernamental para nacionalizar bancos que pertenecieron a grandes corporaciones y se regían por la mano invisible del mercado. Mientras, al otro lado del mundo (y del espectro ideológico) el Banco Agrario de China, en algún momento la punta de lanza de la economía planificada profesada por Mao Zedong, comenzó a emitir acciones en la bolsa pública de Hong Kong.

Ciertamente en los países llamados industrializados, y en aquellos que gustan llamarse “en vías de desarrollo” este debate ha perdido sentido. Lamentablemente, quien suscribe no vive en ningún país de estas categorías.

Los indicadores económicos son claros y contundentes. Una vez más Venezuela cerrará este año con una inflación superior al 20% y un PIB en caída. Nadie puede hablar de una política económica exitosa con cifras así.

Pero más allá de indicadores económicos, Venezuela es un país cuyo aparato productivo está siendo absorbido vorazmente por el Estado. Basta hacer un pequeño recorrido por las empresas expropiadas por el gobierno central en los últimos tres años para darse cuenta de que estamos ante un gobierno que no sólo se hace llamar socialista, sino que pone en práctica las máximas de esta ideología sin mirar a los lados.

Acepto que tal vez sea un poco arcaico hablar en términos de izquierda / derecha, especialmente cuando en la actualidad ambos términos se utilizan alegremente y sin tomar en cuenta la complejidad que se esconde detrás de cada palabra. Sin embargo, también hay que destacar que en la Venezuela actual este debate no es una teoría ajena a la cotidianidad, y por el contrario es una discusión que afecta cada uno de los espacios en los que nos desenvolvemos.

Tal vez esta discusión es un lastre y está obsoleta... Pero si esto es así, entonces hay que asumir que al tener un gobierno que se define socialista, vivimos en un país que es un lastre y está obsoleto.