lunes, 21 de septiembre de 2009

El fallido intento de almuerzo "bolivariano"...

La anécdota en cuestión ocurrió el pasado viernes. Para variar un poco, no me llevé la comida de mi casa al trabajo, razón por la cual me vi obligado a comer en la calle. Un par de amigos de la oficina me dijeron que ellos iban a comer en el cafetín del Instituto Nacional de Espacios Acuáticos (INEA), que tiene su sede en la Urbanización Las Mercedes, muy cerca de donde trabajo. Como la opción era económica, me animo a probarla.

Llegado el mediodía vamos caminando al edificio en cuestión, con la sorpresa de que nos encontramos unas cintas amarillas rodeando el edificio. Al parecer la construcción está cerrada, e incluso uno de mis compañeros sugiere que se trata de una medida preventiva después del temblor. Nos acercamos al vigilante para preguntarle qué había ocurrido y nos da una respuesta tan enrevesada que termina por oscurecer más que aclarar la situación.


En cuanto al tema que nos interesa, sí nos informa que el cafetín está abierto, así que podemos ir a comprar la comida. Haciéndole caso pasamos por un pequeño camino que quedaba entre las cintas y las oficinas. Allí veo una de las imágenes más impactantes del día: un cuadro donde aparece un esquema con la foto del Presidente de la República, la foto del Ministro del Ambiente, y luego la foto de quien presumo es el Presidente del Instituto. Lo terrible no era la imagen, sino el título del cuadro, que en lugar de decir "organigrama", decía simplemente "Cadena de mando".

¡CADENA DE MANDO!


En fin, que la cara de sorpresa que coloco le saca una sonrisa a alguno de mis compañeros. Seguimos caminando y llegamos al cafetín, que pinta bastante normal. No es ningún tipo de sorpresa encontrar que todo el personal que atendía estaba uniformado de rojo. Contengo la respiración como si fuese a sumergirme en el agua y comienzo a hacer la cola.

Lo primero a elegir son los jugos. La chica amablemente nos ofrece varias opciones, todas las cuales me resultan desagradables a excepción de la lechosa. Pido un jugo de lechosa, pero justo cuando lo va a buscar... ¡Oh, sorpresa! ¡Se acabó! Le pregunto si va a haber más y ni siquiera sabe como responderme. Pido un jugo de melón.

Lo próximo a solicitar es la sopa. Nos dicen que lamentablemente no tienen envases para sopa, así que nos ofrecen servirlas en vasos de plástico (indénticos a los del jugo). Me encojo de hombros y decido aceptar; después de todo, no quería ser el rompe grupos.

Finalmente mis amigos piden la comida que quieren. Llega mi turno, y cuando digo la frase "para llevar", la mujer que atiende, con un tono casi de disculpas en su tono me dice: "disculpe, pero es que se nos acabaron los empaques para llevar". Veo a la tipa fijamente y le pido algún tipo de alternativa. La mujer me dice que ya habían pedido más empaques para llevar y no habían llegado. Mis amigos me dicen que si quiero podemos comer en el cafetín. Yo miro alrededor, mientras la mujer de la cantina me insiste en que no puedo pedir la comida para llevar. Yo respondo en tono neutro que entonces no pediré comida allí. Le devuelvo la sopa, me doy media vuelta y me voy.


Mis amigos me detienen, divirtiéndose con lo que consideran "mi mala suerte". Yo en este punto estoy deprimido con la situación, que más allá de una simple anécdota personal, me parece una metáfora de la pobreza, escasez y conformismo que poco a poco se ha ido apoderando del país. Les digo simplemente que no puedo seguir más en el sitio y me voy.

Me fui al Centro Comercial Tolón, una especie de burbuja a donde todavía no ha entrado el socialismo del siglo XXI. Allí pude elegir entre una gran variedad de comidas. Al final pedí sushi, y me lo dieron para llevar, sin ningún problema.

martes, 8 de septiembre de 2009

El desesperado intento de Oliver Stone por llamar la atención


¿Alguno recuerda esa obra maestra llamada Alexander? ¿Y la "polémica" W, la vieron y les resultó polémica? Probablemente la respuesta a las anteriores preguntas fueron negativas por una razón particular: Oliver Stone dejó de ser un cineasta impactante desde hace por lo menos dos décadas.

Atrás quedaron los días de Platoon, que, si al caso vamos, tiene el único mérito de ser la primera película que retrató la Guerra de Vietnam, casi 15 años después de su final. Hace casi veinte años de su JFK, cuyo trascendencia fue poner de nuevo en el ojo del huracán la inconclusa investigación del asesinato de uno de los presidentes más progresistas de los Estados Unidos de América.

Pero Jack no es el único ícono Pop que Stone ha explotado a su favor, ¿o es que ya olvidaron The Doors? Esta bio-pic, más allá de la excelente actuación de Val Kilmer (el casting, una vez más), fue duramente criticada por los miembros de la banda por amarillista, y por pintar a un Jim Morrison enfermo y loco, completamente alejado del original. Incluso Ray Manzarek, tecladista de la banda, anunció el año pasado que está trabajando en un documental de The Doors, puesto que considera que la versión de Stone no cuenta para nada la historia real del grupo.


Lo de Stone el día de ayer en la alfombra roja con Chávez es, a todas luces, un desgarrador grito por atención. Y es que Stone lleva años tratando de crear "polémica" para hacer prensa a como de lugar. Desde su apología a la figura de Fidel Castro en Comandante, hasta las críticas a los presidentes republicanos como en la nombrada W, o en la mucho más antigua Nixon. Ni las excelentes actuaciones de Josh Brolin o Anthony Hopkins pudieron rescatar la mediocridad de ambas cintas, hasta llevarlas a pasar por debajo de la mesa tanto en crítica como en taquilla.

A Stone no le gusta nada de eso. Por el contrario, le encanta llamar la atención. Si tienen cable y han tenido la oportunidad de ver Saturday Night Live, habrán visto que en el episodio donde Josh Brolin era el anfitrión, Stone no perdió la oportunidad para salir en cámara. Por cierto que lo único que hacía era recordarle a Brolin que hiciera publicidad a la cinta. En otras palabras, salió solo para vender.


Y es que esto es lo que le interesa a Stone, y en esto es bastante bueno. Si no hubiese hecho sus polémicas declaraciones a cada medio que se le atravesara, seguro ninguno de nosotros hablaría de él. Si dejamos de lado sus declaraciones a la prensa y nos limitamos a sus películas, Stone hace tiempo que cayó en el peor infierno de un ególatra como él: la inocuidad. Se ha convertido en un cineasta absolutamente intrascendente.

Y ojo, que esta nueva maniobra no es el último intento del norteamericano por regresar a sus glorias pasadas. Me gustaría bromear diciendo que lo único que falta es que haga una secuela de Wall Street protagonizada por Shia LaBeouf, pero lejos de ser un chiste, esto es verdad. En fin, que a algunos directores cuando se les acaba el talento, sólo les queda buscar el facilismo de la polémica.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Mi foto en Corpomitur...

Expan Zoo
Sí, sé que debo el voumen dos de las reflexiones sobre fútbol, y en realidad muchas otras entradas que no me he animado a escribir. Hoy hago una pausa para avisarles que estoy participando en un concurso titulado 100 imágenes / 100 años que contar, de la Gobernación del Estado Miranda. Concurso con la foto que coloco arriba porque la verdad estoy un poco cansado del cliché turístico de los diablos de Yare... Si tienes tiempo y te animas a votar por mi foto, te dejo el enlace aquí.