viernes, 16 de enero de 2009

¡Qué caGAZA! O cuánto vale la vida de un terrorista...

Como lo decía en la entrada anterior, el 2009 comenzó mal. Muy mal. Tal vez lo peor que está ocurriendo en este momento (y por eso le dedico mi primera reflexión del año) es la ofensiva militar israelí en la Franja Gaza.

Primero que nada, debo aclarar que no soy anti-semita ni nada que se le parezca. Por el contrario, tengo grandes amigos judíos, algunos de los cuales viven en Israel. Además, me parece importante la creación de este estado, así como me parece importante el reconocimiento de un estado palestino. El problema es... ¿No pueden existir ambos? Si le preguntamos a los extremistas de cualquiera de los dos bandos, la respuesta será negativa... Y seguro pensaremos que esto se debe a "diferencias religiosas", pero la realidad es que el trasfondo de todo esto (como la mayoría de las desgracias de la humanidad) son políticas.

Basta darle un vistazo a la historia del judaísmo y del islamismo para ver que ambas religiones, hasta el siglo XX, no tuvieron demasiados problemas entre ellos. En principio, los ciudadanos judíos o musulmanes solían tener más problemas con las autoridades cristianas, especialmente en esa oscura época en la cual la Iglesia Católica estaba tan metida en la política que incluso habían Reyes Católicos, y hasta llegaron a tener su propio estado donde el Papa actuaba como Rey. Gracias a la Revolución Francesa, los masones y Garibaldi (el revolucionario italiano, no el grupo de pop mexicano), los estados laicos llegaron a occidente.

Contrario a la creencia popular, Patricia Manterola no ayudó a la reunificación de Italia.

Ahora no sólo los practicantes de cualquier religión, sino los ateos y agnósticos también pueden ser ciudadanos, casarse y tener funerales... Y pensar que esto que damos por sentado, hasta hace unos 100 años (al menos en Venezuela) prácticamente era imposible, porque la Iglesia estaba metida en la política.

Lo mismo ocurrió hace unos 100 años con el sionismo y después en los años 70's con la Revolución de los Ayatolás. Básicamente, tanto el judaísmo como el islamismo comenzaron a iniciar un disfuncional matrimonio entre religión y política donde se utilizaría y todo lo bueno y hermoso de ambas religiones con la excusa de luchar por un pedazo de tierra. Algo así como las cruzadas cristianas antes de que Saladino les pateara el trasero y decidieran mudar su sede a Roma.

El problema es que ni los judíos ni los musulmanes van a mudar su sede a ninguna parte. Y si bien es cierto que hay más judíos viviendo en Estados Unidos que en Israel, y que hay importantes grupos de judíos que incluso no están de acuerdo con el Estado de Israel, también es cierto que una gran cantidad de israelíes están dispuestos a dar su vida con tal de seguir en la misma tierra a donde los llevó Moisés después de pasearlos durante años en el desierto.

Entonces, ¿estoy de acuerdo con la estrategia utilizada por los grupos armados pro-palestinos, Hamás y Hezzbollah? Por supuesto que no, jamás he apoyado ningún tipo de terrorismo... Y eso incluye a Lehi, la facción Israelí que ponían bombas a las autoridades británicas que gobernaban el territorio hace tiempo. Entonces, creo que es importante notar la doble moral de la ONU que reconoce al Estado de Israel después de grupos como Lehi... ¿Un estado que surge después de luchar armada y facciones clandestinas armadas? Me pregunto por qué entonces los palestinos creen que si tienen facciones armadas clandestinas, en algún momento la ONU los va a reconocer.

De aquí directo a la embajada en la ONU.

Pero el peor mensaje no es el que envía la ONU, sino el que envía el mismo Estado de Israel en esta ofensiva donde han muerto más de 800 personas. En principio, esta ofensiva es una especie de "defensa" ante los continuos ataques con cohetes palestinos, que sí existen y han causado terribles bajas: 12 muertos en 12 años. Ahora bien, que tu respuesta a 12 muertos en 12 años es una ofensiva militar que mata 1.000 personas en pocos días, es como que mis vecinos dejen pupú de perro en el pasillo y yo "para darles una lección", decida incendiarles el apartamento, con todos ellos adentro... Creo que sería un poco dresproporcionado.

Más grave que esto son los argumentos que salen esporádicamente, tipo: "matamos al número dos de la división siete de Hamás". Menos de una decena de miembros de la organización terrorista han muerto, y es por eso que yo les pregunto a quienes apoyan la ofensiva israelí... ¿Cuánto vale la vida de un terrorista? ¿Vale la pena matar a 800 civiles inocentes por unos pocos miembros de Hamás? Israel, ¿cuál es tu ecuación? 1 Terrorista = 100 Civiles... De ser así, ¿no se estaría endiosando a los terroristas al ponerlos por encima del ciudadano normal? ¿Un terrorista vale más que un civil inocente? Sin duda, motivo de reflexión.

jueves, 8 de enero de 2009

Feliz 200... Ok, no nos engañemos que pinta muy mal...

Si bien el 2008 lo comencé con un viso de esperanza, me cuesta mucho hacer lo mismo con el 2009. ¿Por dónde empezar? ¿Por el recrudecimiento de la violencia en el Medio Oriente? ¿Por decir que estamos por entrar a la primera gran recesión mundial en la era de la globalización? ¿O acaso por decir que los venezolanos amanecimos el primero de enero con nuestro ya mínimo cupo de acceso a dólares reducido a la mitad?


En fin, si bien he reflexionado sobre algunas de las cosas anteriores, también he optado por tratar de hacer otras cosas: en principio concentrarme un poco más en el trabajo y en mis proyectos personales. Después de las elecciones del 23-N, estaba pensando hacer un post sobre cómo desde hace mucho tiempo, el 2009 sería el único año sin un proceso electoral en Venezuela. Creo que era cantar victoria muy rápido.

La violencia en Gaza, la recesión económica mundial o la situación política en Venezuela merecen reflexiones más largas y especializadas. Estos días apenas si he hablado del asunto, y tal vez esa es mi única reflexión: no podemos dejar que los problemas nos afecten demasiado.

Seguro está bien sentirse mal de vez en cuando. Es saludable, siempre y cuando uno lo asuma como una fase natural de la cual uno saldrá (con suerte) en poco tiempo. Sin embargo, cuando hablamos de estos problemas mundiales, también hay que destacar que son fases de las cuales saldrán nuestras sociedades, pero muy probablemente será para volver a sumergirse en ellas en el futuro.

Sí, la vida apesta. Pero no tenemos otra opción que vivirla, y buscar maneras de disfrutarlas con nuestros amigos y familiares. De todas formas, les tengo un par de invitaciones. Si quieren algo de reflexión con respecto a por qué estamos en este punto, los invito una vez más a ver los documentales de Adam Curtis, La Trampa. Créanme que les cambiarán la percepción de todo lo que está ocurriendo. Ahora bien, si quieren intentar reirse de la desgracia del enfrentamiento en Oriente Medio, los invito a ver el cortometraje West Bank Story en mi otro blog.