miércoles, 30 de abril de 2008

Paint it black

Hace más o menos una semana se celebró el Día de la Tierra. Como muchos de los seres humanos que pueblan este planeta, realmente no puse mucho de mi parte para mejorar el medio ambiente, y por esto he decidido pintar mi blog de negro.

No, no es por un luto, sino porque el que el fondo de pantalla sea negro, implica que cada uno de sus monitores, al leer esto, emplea menos energía en recrear el blog. De esta forma, aunque sea algo muy pequeño, tanto ustedes como yo hacemos algo por el medio ambiente.

Hay que recordar que en cada cosa que hacemos, podemos marcar la diferencia.

jueves, 24 de abril de 2008

Cita célebre

No sé si será muy célebre, pero al menos hay que celebrarla:

"La política es el arte de perjudicar a los demás convenciéndolos de que es para el bien de todos."





Otrova Gomas en su página web.

lunes, 21 de abril de 2008

El doble filo de la cultura “gratuita”

Ciertamente las artes y la recreación, como industria, pueden ser algo espantoso. Si bien la recreación privada no me parece algo tan perverso como la educación privada o la salud privada, sí me parece importantísimo que existan iniciativas artísticas en espacios públicos que mejoren la calidad de vida del ciudadano, independientemente de si puede pagarlas o no.

En Venezuela hay muchas iniciativas de este tipo, y lo que es mejor, cada vez hay más. Desde las obras en espacios abiertos del Festival Internacional de Teatro de Caracas, hasta diversos espectáculos que ofrecen las diversas alcaldías, cada vez van mejorando la variada oferta cultural caraqueña. Pero no todo es color de rosa.

Hace un par de semanas hice el intento de asistir a un performance en la Sala Experimental del Museo de Bellas Artes. La representación estaba pautada para las cinco de la tarde, y llegamos a esa hora y de forma puntual. Luego de esperar durante más de madia hora finalmente se monta un grupo de música… ¡a probar sonido! Llámenme loco, pero… ¿Esta prueba de sonido no se debió haber realizado ANTES de la hora en la que estaba convocado el público? Lo verdaderamente insólito es que esperamos por más de una hora y jamás nadie se dirigió al público para dar una explicación de por qué nos estaban haciendo esperar… Al final no me pude quedar porque ya tenía entradas para otro evento pago (una función de teatro), la cual sí comenzó a la hora pautada…

La cumbre fue el sábado en el concierto de cierre de “La Semana de Caracas”, para la cual la Alcaldía Mayor tuvo el gesto de invitar a Emir Kusturica y la No Smoking Band, una banda que me parece algo interesante… En realidad la comunicación del evento fue bastante desastrosa… Un grupo importante de gente creía que comenzaba a las 2, otros que a las 4 y otros que a las 5… En realidad lo importante es que a las 7 y media de la noche todavía no habían comenzado… Un par de ¿animadores? Se subieron a la tarima a explicar que todo se debía a “problemas técnicos”, y que pronto comenzaría un desfile de grupitos que hacía pensar que el concierto de Kusturica vendría cerca de las 11 de la noche.

La masa respondió con pitas, pero los animadores, tratando de hablar con un lenguaje callejero que les salía tan natural como una novela de RCTV o una película de Carlos Azpúrua, esgrimieron un argumento que les pareció genial para justificar la falta de organización… “Recuerden que es gratis”.

...

¿?

¿Gratis significa chaborreo y desorganización? ¿Gratis significa que puedo pautar a la gente a una hora y después comenzar el espectáculo cuando a mí me de la gana? Y peor aún, ¿gratis significa que te la tienes que calar y no puedes protestar?

La verdad ni aunque me traigan a Kusturica gratis me tengo que aguantar un abuso de este tipo. Me fui del Parque Los Caobos con la esperanza de ver al grupo en otro país o cuando lo traiga alguna empresa que cobre entrada y después trate a los asistentes con un mínimo de respeto.

domingo, 6 de abril de 2008

La estrategia de la deshumanización


Cuando era chamo me encantaba Transformers. Ahora bien, por alguna razón que no podía entender, de alguna forma extraña Optimus Prime me daba miedo… casi más miedo que Megatron. La razón la entendí hace poco cuando vi la versión de Michael Bay, y me di cuenta que habían transformado a Megatrón, según explicaba el diseñador de producción, “para darle una imagen menos antropomorfa”.

La razón es muy evidente. Los seres humanos nos solidarizamos con cualquier cosa que parezca humana. En las películas de Pixar cualquier objeto puede adquirir cualidades humanas por razón muy particular: que nos importe y que nos afecte cualquier cosa que le pase. Pero en el otro lado de la moneda se encuentra una estrategia bastante más perversa: la deshumanización.

Un ejemplo muy puntual. Para aquellos que siguen la saga de La Guerra de las Galaxias, verán cómo en los Episodios 2 y 3, cuando los clones son “buenos”, nos cansamos de verlos hablando sin su casco (aún en el campo de batalla por cierto) con la finalidad de que como espectadores nos conectemos con ellos. Tienen que ser buenos, porque son como nosotros. Tan pronto a finales del Episodio III se vuelven “malos”, más nunca en el resto de los Episodios les volvemos a ver la cara. La intención: que nos olvidemos de que son seres humanos.

Otro caso es la película Top Gun. En la lucha aérea entre gringos y rusos, F-16 contra Migs, podemos ver a los pilotos gringos con sus cascos cool; pero más importante aún, podemos ver sus ojos, sus expresiones y entender lo que dicen. Los pilotos rusos se limitan a unos cascos completamente impersonales que no nos dejan ver las cualidades humanas de los pilotos, quienes murmullan un ruso inentendible, casi como un ruido de insectos… ¿La razón? Que nos preocupe si le pasa algo al pobre de Tom Cruise, pero que nos de lo mismo si vuelan a uno de esos anónimos pilotos rusos…

Mike Myers se burla muy bien del asunto en Austin Powers: International Man of Mystery cuando ajustician a cualquier extra secuaz del malvado y vamos a una escena donde vemos a la familia o a un grupo de amigos recibiendo la fatídica noticia. “Nadie se preocupa de nosotros, los familiares de los secuaces”, dice una sollozante esposa mientras abraza a su hijo.

¿Tiene algún punto este post? Bueno, tal vez recordar que cuando queramos echarle la culpa de todo a las “malvadas corporaciones” hay que recordar que éstas no son seres abstractos que toman decisiones, sino que están lideradas por seres humanos, nos guste o no. Igual ocurre con los políticos, los empleados, los consumidores, los espectadores, los de derecha, los de izquierda, los asaltantes, los asaltados, los militares, los secuestrados, los empresarios… Cada uno de ellos portador de una etiqueta destinada a ver a un ser humano como un número más, o como diría Pink Floyd, “otro ladrillo en el muro”.

Más terrible y preocupante es cuando es el mismo ser humano quien decide “deshumanizarse” y no sólo ve a los demás de esta forma, sino que se ve a sí mismo así. El individuo se diluye, pero no para entregarse al colectivo, sino para poner su “humanidad” o su vida al servicio de un partido político, una ideología o peor… ¡una empresa! ¿No deberían ser las ideologías, las empresas y los partidos políticos los que estén al servicio de nuestra humanidad?