jueves, 3 de julio de 2008

Programas, piratería y código abierto

Recientemente he comenzado a tener mis primeras experiencias con sistemas operativos Linux, y la verdad es que el resultado es muy positivo. Me he enfocado un poco en Ubuntu Studio, principalmente porque está orientado a la realización de audio y video, área profesional en la cual me desempeño.

La principal razón por la cual comencé a buscar opciones de edición de código abierto es porque las opciones de programas privados son, simplemente, demasiado costosas. Y me explico, no es que los precios de Avid, Adobe Premiere Pro o Final Cut sean demasiado elevados, porque los precios son apenas 2.500, 1.600 y 1.200 dólares, respectivamente; una cantidad de dinero modesta si se piensa en la cantidad y calidad de tecnología a la que se está accediendo. Además, más que un gasto es una inversión a la cual pronto se le debería ver el retorno.

Luego de llamar a las distribuidoras locales de dichos programas, se me quitaron por completo las ganas de adquirir estos programas. La suite de Avid, esa misma que cuesta apenas 2.500 dólares en su página web, me fue ofrecida por el “módico precio” de 13.500 BsF (unos 6.280 dólares) por el distribuidor en Venezuela. El Adobe Premiere Pro, un programa con el cual ya he podido trabajar en algunas productoras (y cuyo precio ronda los 1.600 dólares) me lo ofrecieron en 11.000 BsF (5.100 dólares). Después de escuchar esto sólo me quedó una duda:

¿Los distribuidores están en drogas?


¿Quién creen que van a comprar esos programas por esos precios? Además, tanto Avid como Adobe ponen sus productos a la venta desde su misma página web, al precio en dólares en EE.UU. Por si fuera poco, en el caso de Adobe Premiere Pro, uno se puede bajar directamente el programa desde Internet, lo que hace innecesario esperar por la llegada de un DVD o sus manuales (los cuales son enviados en PDF, algo que agradecerán algunos árboles).

Esta es una excelente opción… si yo viviera en otro país. Pero para quienes no conocen la realidad venezolana, deben saber que en la actualidad los venezolanos no podemos gastar más de 400 dólares anuales por concepto de compras por Internet, con lo cual se hace imposible adquirir cualquiera de estos productos. Entonces, ¿qué opción queda? ¿Comprar el producto con más de un 100% de sobreprecio?

La verdad es que con 13.500 BsF creo que podría comprarme un pasaje a Miami, pagar la estadía, comprar allá el Avid Media Composer Y el Adobe Premiere Pro (puesto que sí disponemos de 5.000 dólares anuales por concepto de uso de tarjetas en el extranjero). En resumen: con lo que me cobra un distribuidor venezolano, puedo comprarme los dos programas en EE.UU. además de pagarme las vacaciones.

Lo peor de todo es que es un secreto a voces la presencia de copias piratas de todos estos productos en diversos puntos de vendedores informales del país. Y por si no quiere pagar los 3 o 5 BsF que cuestan estas copias en DVD pirata, ya es posible bajarse muchos de estos programas a través de protocolos P2P como Emule o LimeWare.


La verdad todo esto me lleva a una reflexión, recordando los conceptos de centro y periferia que a principios del siglo XX aplicara la Escuela de Frankfurt a los conceptos de Comunicación, pero en este caso aplicado la tecnología. Es bastante absurdo que quienes no vivamos dentro de las fronteras de EE.UU. (centro), sino en Latinoamérica (periferia) debamos pagar el “sobreprecio” de transporte de los productos, sobretodo tomando en cuenta que nuestras economías son mucho menos fuertes que las de los países del G8

La verdad es que con este panorama es muy complicado tomar postura por ninguno de los dos bandos. Tanto piratas como corporaciones tienen ambos cosas buenas y cosas malas, pero ya esta entrada está muy larga, así que hablaré más al respecto en otra ocasión.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

cada vez somos más los que preferimos vivir dentro del mundo del open source...
Aunque claro, hay ciertos rubros que aun no se pueden sacar el cordon umbilical de los programas gráficos tradicionales. Esos que aprendieron mientras eran estudiantes y que aun exigen en muchas agencias.
Harta suerte en este nuevo camino. La buena noticia: hay mucha gente y mucha documentación dispuesta a ayudarte.

salds.
Gabriel.

oboed dijo...

¿Qué empresa medianamente inteligente puede arriesgarse a hacer cine en Venezuela si su peli va a ser pirateada? Eso cuenta para empresas de Hollywood y del país. Pero creo que hay un matiz en lo que dices de la piratería del cine nacional. Un día fui a Ciudad Universitaria (la estación de metro) y cuando pregunté por una peli venezolana (era vieja, estaba de paso por Caracas, no estoy inscrito en la cinemateca, era para traeral y mostrarla a los panas españoles ¿vale?) me dijeron, casi asustados, que ni de vaina conseguiría una peli venezolana en los buhoneros. No sé si en otras partes, pero en Ciudad Universitaria no las venden, y creo que por ahí por Los Chaguaramos tampoco. En fin... ¡Saludos!

oboed dijo...

Mmm... este comentario no iba aquí, sobre todo porque no he leído el post, el que leí y creí haber comentado era el de los mitos, no este... en fin... lo leeré, jeje... ¡Saludos!

Unknown dijo...

Gabriel: Gracias por el comentario. Cada vez me siento más cómodo trabajando con Ubuntu. Aunque por los momentos sigo con mi Windows XP.

Oboed: La verdad el tema de la piratería y el cine venzolano es muy ambiguo. Hace tiempo alguien de la Cinemateca me comentó que estaban pensando lanzar "Araya" en DVD, pero que ella ya había visto una copia pirata en la calle.
Yo mismo tuve la oportunidad de ver un sitio que no sé si todavía estará. Un pequeño negocio cerca de la Plaza Caracas (como diagonal a la Iglesia San Pablo), donde vendían NADA MÁS cine venezolano pirateado. Una escena surreal. Ahora bien, la otra parte de la discusión es... ¿De qué forma legal puede uno conseguir esas películas?