domingo, 25 de noviembre de 2007

Incoherencias bolivarianas I: “hijitos de papá y mamá”

Nací y crecí en San Bernardino, cerca de la Quinta Anauco. Siempre me pareció sumamente curioso vivir tan cerca de la casa de Bolívar. Luego, un día caminando cerca de mi colegio, en San Bernardino arriba, descubrí que había otra casa de Bolívar por allá. Y después, casi me caigo para atrás como Condorito cuando me dijeron que la “Casa Natal del Libertador” era otra. ¿Cuántas casas tenía Bolívar?

Es importante hacerse esta pregunta, aunque parezca tonta, en un momento cuando se busca deslegitimar el movimiento estudiantil porque son “hijos de papá y mamá”; especialmente cuando quien lo hace se llama a sí mismo “bolivariano”. Bolívar, Sucre, Bello, Urdaneta… todos eran “hijos de papá y mamá”. Tal vez uno de los pocos próceres de origen humilde, Pedro Camejo (mejor conocido como “Negro Primero”), tiene rabo de paja, pues cuando comenzó la guerra independentista combatió a favor de los realistas. Lejos de juzgarlo por esta decisión, creo que sería interesante pensar qué clase de “joyitas” eran los mantuanos de la época para que el tipo prefiriese combatir a favor del rey.

Algo a tomar en cuenta también: el “hijo de papá y mamá” llamado Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Blanco, a pesar de que fue presidente de Venezuela durante dos años y de la Gran Colombia cerca de 11, jamás abolió la esclavitud. Esto ocurrió apenas 24 años después de su muerte, durante la presidencia de José Gregorio Monagas. Un poco curioso, considerando que la prioridad de la guerra era la lograr la “libertad”. Habría que preguntarse, ¿libertad para quién? Tal vez igual que ahora que se enarbola la bandera de igualdad, pero… ¿igualdad para quién?

Cabe destacar que el propósito de este escrito no es justificar el movimiento estudiantil actual ni atacar a Bolívar, simplemente llamar la atención sobre el hecho que los “hijos de papá y mamá” de hace 200 años son los héroes, mientras los de hoy en día son los villanos. ¿Por qué?

Podríamos tener una clave al estudiar uno de los principales modelos de los “bolivarianos”: Ezequiel Zamora, hombre que proclamó el “odio a los godos”. Cuando se parte del odio hacia todo aquel que haya tenido acceso a la educación, no es difícil entender que Martín Espinoza, uno de los soldados de Zamora, viera como enemigo de la nación a todo aquel blanco que supiera leer y escribir. Lo verdaderamente difícil de entender es cómo se pretendía hacer un mejor país exterminando a todo aquel que no fuera analfabeta. Cabe darle el beneficio de la duda, porque viendo el presente, creo que el resultado no habría sido tan distinto.

4 comentarios:

charlesstone25 dijo...

Hay que atreverse a desafiar la omnipotencia del Libertador, un tipo que supuestamente se inspiró en el asco que le causó la proclama de Napoleón como Emeprador, y quien terminó siendo un dictador. Alguien que no se preocupó por su pueblo (como dices con los esclavos) y que traicionó incluso a su mentor (Miranda) para salvar el pellejo tras la pérdida de la primera república. ¿En verdad estamos mejor siendo "independientes"?
Buen blog, amigo, lo estaré chequeando...

Unknown dijo...

Gracias por el comentario, Stone... Muy interesante y ecléctico tu blog. Sobre este tema de Bolívar hay mucha tela que cortar... Pronto pondré más entradas al respecto.
Salu2.

Angie Rodriguez Instagram Links dijo...

Bueno, partiendo del punto más básico, siempre me pareció idiota esa frase despectivo de "hijos de papá y mamá". ¿Acaso quienes lo dicen son niños probeta?

Más allá del caso me llama mucho la atención cuando me dicen oligarca: soy hija de madre soltera, vivo en Ruiz Pineda y estudié en la UCAB gracias a un crédito otorgado por la misma universidad (el mismo del que disfruta Robert Serra, por cierto)

En fin, decirme oligarca por mi aspecto o por la universidad en la que estudio es algo bastante ridículo. Igual, lo que tengo lo trabajé, y no considero que tener gran poder adquisitivo sea malo como lo quieren hacer ver.

Siendo más popular: el que quiera real, que lo trabaje en vez de lanzarle piedras a la camioneta del que lo tiene. Y en todo caso, el gobierno es la nueva clase alta de Venezuela y nadie se lo critica.

Respecto a Bolívar, traté durante años de hacerle ver a mi abuela que él había traicionado a Miranda, y sólo me creyó tras ver la película de Rísquez.

Más allá del poder de convencimiento que tiene el cine hay que analizar lo difícil que es meterse con un "santo nacional"

Guzmán Blanco hizo bien su trabajo: hay quienes le prenden velas a Bolívar.

Unknown dijo...

Así es, Angie... Estoy preparando algo sobre esta devoción. Espero publicarlo pronto.
Salu2.