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miércoles, 5 de agosto de 2009

La Cadena Capriles y los "latifundios mediáticos"

Desde el año 2004 al 2006 tuve la oportunidad de tener dos trabajos, uno en La Mega y otro en RCTV, ejerciendo como escritor de humor para El Show de la Mañana y Radio Rochela, respectivamente. Por lo general cuando terminaba mi turno en la radio solía decirle a mis compañeros del programa "bueno, ya fui explotado por la familia Cuscó... Ahora a ser explotado por los Granier". Podría explayarme y hacer larguísima entrada sobre cómo en realidad en Venezuela no hay capitalismo, sino un feudalismo... aunque de eso ya hablé en otra entrada. Es evidente que el capital en este país circula muy poco... De hecho, si a nadie le interesa si la Bolsa de Valores de Caracas está en alza o baja es porque el capital que se mueve allí es ínfimo... La BVC tiene poco de Valores y mucho de Bolsa.

En todo caso, esta entrada no es para criticar a las pocas familias que tienen el poder sobre muchos medios... En realidad, es para desnudar cómo esto ha servido de excusa para que el gobierno se dedique a censurar y coartar la libertad de expresión. Y para esto, no me viene a la mente otro caso mejor que el de la Cadena Capriles.


En el año 2000, antes de ser explotado por las familias Cuscó o Granier, era explotado por los Capriles. En este año, los dos periódicos "estrella" del grupo editorial Cadena Capriles eran Últimas Noticias y El Mundo, este último bajo la línea editorial de Teodoro Petkoff, militante de la izquierda sesentosa que ya desde los noventas, al contrario de muchos de sus "camaradas", era bastante crítico hacia la figura de Chávez.

Por el año 2000 falleció el dueño y señor Capriles. En Venezuela, al igual que en otras partes del mundo, el tema de la herencia es complicado ya que implica pagar grandes porcentajes de la sucesión al Estado (30% o más). En el caso del grupo editorial era tan enrevesado que en los pasillos de la Torre de la Prensa se comentaba la posibilidad de que esto podría incluso llevar al grupo, si no a la quiebra, al menos a algo muy cercano.

Claro que hablamos del año 2000, cuando el gobierno apenas comenzaba a enfrentarse a los medios de comunicación, algunos (como El Nacional) todavía apoyaban a Chávez en su línea editorial, y la situación no estaba tan polarizada como en la actualidad. Aún así, el gobierno no criticó el "latifundio mediático" de los Capriles, aunque sí dijo que "tenían que cumplir la ley", al momento de pagar todos los impuestos. Cómo se resolvió la situación entre los Capriles y el gobierno se puede deducir fácilmente al examinar los hechos:
  • Teodoro Petkoff fue sacado de El Mundo.
  • Eleazar Díaz Rangel, cercano al gobierno, fue nombrado editor del diario Últimas Noticias.
  • El Gobierno Nacional comenzó a invertir grandes sumas de dinero en Últimas Noticias y El Mundo por concepto de publicidad.
  • El Gobierno Nacional compró (leáse compró no expropió) varios inmuebles al Grupo Editorial.


Podría hablarse también del caso Venevisión. Un canal que tuvo mucho más protagonismo en el llamado "golpe mediático" del 2002. El canal de la Colina fue el primero en emitir los comunicados del Alto Mando Militar, además de que fue el canal que entrevistó a Guaicaipuro Lameda la noche del 11 en la noche cuando dio sus famosa declaración de que a Venezuela la gobernaban "las circunstancias". Además, si hablamos de monopolios y "latifundios mediáticos", Gustavo Cisneros debería llevarse la medalla de oro. ¿Por qué entonces se atacó fue a RCTV y no a Venevisión?

Pues, por la sencilla razón de que éstos últimos decidieron sacar del aire el programa 24 Horas, conducido por Napoleón Bravo, cuyo estilo de periodismo investigativo resultaba "incómodo" al gobierno. Claro que este caso es particularmente irónico, puesto que Bravo, apenas un par de años antes, había brindado un claro apoyo a Chávez. Su esposa, Ángela Zago, incluso formó parte de la Asamblea Constituyente. Vueltas que da la vida.

También podría recordar el caso de los Camero en Televen, que no sólo sacaron del aire a Marta Colomina, sino que aceptaron volver a colocar el programa el ex Vicepresidente y ex Ministro José Vicente Rangel. Pero en realidad, prefiero seguir hablando del caso de la Cadena Capriles, porque su desenlace me parece mucho más contundente y significativo.


Petkoff, una vez expulsado de la editorial, en vez de preocuparse, decidió ocuparse. Fundó Tal Cual, un periódico vespertino al estilo de El Mundo. Su primer editorial se titulaba Hola Hugo, y básicamente le decía al todopoderoso presidente "aquí estoy, no pudiste conmigo". La respuesta gubernamental vino en El Correo del Presidente, que tituló su editorial Hola Teodoro... Claro que este periódico dirigido por Juan Barreto no duró ni dos años en circulación, puesto que desapareció por "problemas administrativos" (un eufemismo para corrupción).

Los años han pasado y quienes apostaban al fracaso de la iniciativa de Tal Cual han tenido que tragarse sus palabras, puesto que el diario vespertino sigue circulando y ha venido creciendo... No así El Mundo, que el año pasado finalmente tocó fondo al punto que la Cadena Capriles decidió cerrarlo, y ahora buscan relanzarlo como una especie de periódico especializado que no termina de calar.

En momentos como este es complicado no sentir frustración o resignación... Sin embargo, yo prefiero recordar el caso de Tal Cual y El Mundo, que parece demostrar aquel viejo proverbio de "cosas buenas le pasan al que sabe esperar".

Y en cuanto a los Capriles, Cisneros, Camero y demás famlias que han decidido pactar con el Gobierno... Seguro que todo les va a salir bien.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Pre-crisis de los 30 (o por qué todo apesta) Vol. 2

Venezuela es uno de los países con mayor número de "emprendedores" del mundo. Y pongo este término entre comillas porque en realidad, la mayoría de las veces un emprendedor es alguien que, aún teniendo estabilidad económica como empleado, decide correr el riesgo de abrir un negocio propio. En el caso de nuestro país, la mayoría de las personas se ven forzadas a hacerlo porque no tienen más opción, ya que o no tienen trabajo, o el que tienen no les alcanza para sobrevivir. El mío es el segundo caso.

Lamentablemente, el caso de los profesionales "autoempleados" no es muy diferente al resto del mundo audiovisual venezolano. La mayoría de los trabajos se consiguen en base a los contactos, porque por alguna razón, la mayoría de la gente en Venezuela que necesita cualquier servicio, en vez de buscarlo recurre al clásico: "tú no conocerás a alguien que...". Entonces los contactos no pasan a ser una forma de conseguir trabajo, sino la única. Eso trae un problema fundamental...


La rosca

La "rosca" es como se llama al grupo de personas que controlan un área. Y se les llama "rosca" porque son un círculo cerrado.

Hace algunos años yo hacía un chiste con respecto a la rosca de producción de comerciales (probablemente el sector de la producción audiovisual más rentable en Venezuela): solía decir que era un grupo más hermético que una logia masónica. Eso fue hasta hace poco más de un año, cuando comencé a investigar el tema de la masonería en Venezuela, porque estaba desarrollando una propuesta para documental. Esta investigación ocurría al mismo tiempo que comencé a mandar mi CV y mi demo a diversas productoras de comerciales... El resultado es que recibí una rápida y grata respuesta de los masones. Me invitaron a su templo y hasta a una "tenida blanca" (ceremonia a donde pueden asistir "profanos"). Con respecto a las productoras de comerciales, ni si quiera un "no nos llame, nosotros lo llamaremos". En resúmen, ahora cuando digo que la rosca de las productoras es más cerrada que una logia masónica, no es un chiste... es la triste realidad.

Ahora bien, ciertamente la "rosca" existe en todos los países del mundo, especialmente en el área de trabajo en la que me desenvuelvo. La cuestión es que hay niveles... Es como la corrupción, en todos los países del mundo hay corrupción, pero cuando el nivel es tan elevado que atenta en contra del mismo funcionamiento del sistema, impera el caos y la ley del más fuerte... La rosca en Venezuela es igual, ha llegado a unos niveles tales de concentración que posiblemente atenta contra el propio funcionamiento de la industria audiovisual. Mientras el cine y la TV en Latinoamérica avanzan en cuanto a su discurso, en Venezuela se vive una especie de letargo... ¿No tendrá que ver el hecho que la rosca sea tan cerrada? Pero más aún... ¿Por qué la rosca es tan cerrada?

¿Capitalismo? ¿Socialismo? ¡Feudalismo!


Hace una semana más o menos me encontré con un viejo amigo escritor. Era en una entrevista de trabajo para el cargo de guionista, para la cual convocaron a cierto número de escritores que aplicamos al clasificado. Mientras esperábamos en el pasillo hablando de lo mal que está la situación de nuestro mercado laboral, este amigo comenzó a hablar de la razón por la cual él considera que todo apesta, y me parece importante nombrarla acá... Me dijo algo así como "si acá hubiese capitalismo de verdad, o socialismo de verdad, la situación sería otra... pero acá lo que hay es un feudalismo".

Esa frase me recordó un libro que leí en la universidad, llamado "El Consumo Cultural del Venezolano". Este volúmen desglosaba los hábitos de consumo cultural del venezolano en cuanto a los medios tradicionales (radio, cine, televisión y prensa); pero en el interín, también analizaba las estructuras de los medios. El resultado, como bien destacó el profesor en una clase, es que la mayoría de los medios le pertenecían en su totalidad "ya ni si quiera en su mayoría" a un individuo... y en el mejor de los casos, a su familia.

"¿Ustedes creen que en un país capitalista, eso funciona así", apuntaba el profesor. "En realidad en esos países muchos medios le pertenecen a las corporaciones, sí... Pero la mayoría de estas corporaciones cotizan en la bolsa, razón por la cual, en el fondo, cualquier ciudadano puede hacerse con una pequeña parte de esas empresas y de sus ganancias". Ese se supone que es el sentido del capitalismo, que el capital fluya, que haya oferta, que no existan monopolios ni oligopolios, y que todos los individuos (y no sólo una pequeña parte) puedan hacerse con los medios de producción.

Venezuela es tan feudalista que verdaderamente a nadie le interese lo que ocurra con la Bolsa de Valores de Caracas. El capital que se negocia allí es ínfimo. La movilidad de dinero es casi nula. Todo le pertenece a un pequeño grupo de familias acomodadas (prácticamente desde tiempo de la colonia) y la otra mitad (las ganancias de PDVSA) están en manos del gobierno... Basta darle un vistazo a la clasificación de Transparencia Internacional para tener una idea de qué manera se distribuyen esos recursos.

Claro, hay quienes piensan que la salida a este callejón sin salida de concentración de capital es el socialismo...


¡Muajajajajajajajajajajajajajaja!

(Sigue en el volumen 3)