miércoles, 25 de junio de 2008

Cita de negro

Edwards: ¿Por qué el gran secreto? La gente es inteligente; ellos pueden manejarlo.

Kay: Una persona es inteligente. La gente es tonta, unos peligrosos animales asustadizos y tú lo sabes. Hace quinientos años todo el mundo sabía que la Tierra era el centro del universo. Hace quinientos años, todo el mundo sabía que la Tierra era plana. Y hace quince minutos, tú sabías que los seres humanos estabamos solos en este planeta. Imagina lo que sabrás mañana.
Will Smith y Tommy Lee Jones en Hombres de negro.

viernes, 20 de junio de 2008

Individualismo vs Socialismo


Soy individualista, sí… ¿Es eso verdaderamente tan malo? ¿O es que acaso se ha tergiversado el significado de éste término, confundiéndolo con avaricia, usura y mezquindad?

Entiendo el individualismo como la capacidad del individuo de decidir qué es lo que quiere hacer con su vida. De ser libre y de tener derecho a ser. Y creo también que debemos tener fe en que cada individuo quiera desarrollarse a sus máximas capacidades en beneficio de la sociedad.

Debe ser el individuo quien elija hacer bien a la sociedad, puesto que cualquier intento de la sociedad por obligarlo a servirla más que socialismo, se parece más al fascismo. La cuestión es que es un fascismo bajo cuerdas, porque en vez de seguir las órdenes de un dictador con rostro y apellido, se impone la dictadura del proletariado, por parafrasear a Marx.

“Proletariado”, “pueblo” y “bien común”, son dos palabras que me aterran, principalmente porque quienes la usan están convencidos de que el “pueblo” son ellos, y los demás son gusanos, apátridas, burgueses, etc. Pero, ¿quién define quién es pueblo y quién no? ¿Quién nos dice cuál es ese “bien común”?

El individuo es un ser viviente, mientras que la sociedad es un concepto abstracto. Creo que sólo alguien que ha leído demasiados libros (o demasiado pocos y del mismo tema) puede creer que poner un concepto abstracto por encima de un ser vivo es una buena idea.

Insisto, creo en el individualismo porque hay que tener fe en que los individuos podemos ser buenos. ¿O es que acaso se pueden hacer sociedades “buenas” con individuos “malos”? Esperemos que los individuos, cada uno a nuestra manera, decidamos esforzarnos por construir mejores sociedades, independientemente del “modelo” social o económico elegido.

jueves, 12 de junio de 2008

El Catolicismo es una religión pop



Corría el siglo III y el cristianismo se convertía en la religión oficial de la República Romana. En medio de los profundos cambios sociales que conllevaba esta medida, un humilde campesino se acercó a uno de los nuevos templos patrocinados por el Emperador Constantino II.
Un sacerdote cristiano, que se encontraba haciendo las labores cotidianas de la época (¿?) lo recibió.

SACERDOTE: Buenas tardes, hijo. ¿Lo puedo ayudar en algo?
CAMPESINO: Por supuesto, padre… Vengo porque me enteré de que el Cristianismo es la nueva religión de la República, y quería saber si yo podía seguir siendo pagano.

El padre frunció el entrecejo y luego respondió:

SACERDOTE: Por supuesto que puede seguirlo siendo… Digo, si no le importa ser condenado como hereje.
CAMPESINO: Depende, si voy a morir quemado en la hoguera, sí…
SACERDOTE: Eso es un problema entonces, hijo…

Dijo el sacerdote, y después se rascó la cabeza. El campesino, muy preocupado, le insistió.

CAMPESINO: Verá, sacerdote… El problema es que con los dioses que tengo me va muy bien: Saturno es el dios de la siembra, y Consus y Ops los dioses de la cosecha… ¡Tres Dioses! En cambio, en el cristianismo hay un solo Dios, y además tengo entendido que se ocupa de todo, y me preocupa que si tiene tantas cosas por hacer, no tenga tiempo para mis cosechas…
SACERDOTE: Entiendo… Es una preocupación válida, pero Dios escucha las plegarias de todos. Es un Dios misericordioso que le ama, le quiere, y envió a su hijo a dar la vida por nosotros… Claro, también puede enviarlo a sufrir una eternidad al infierno…
CAMPESINO: Ya. Mire, tengo entendido que en esta religión hay ángeles… ¿Será que ellos pueden ayudarme con mis cosechas?
SACERDOTE: Emmm… Tal vez deba consultar la Biblia; pero igual tengo entendido que el trabajo de ellos es algo así como mensajeros, así que no se haga ilusiones.
CAMPESINO: Entonces me dice que Dios tiene que ocuparse de todo el mundo, y los ángeles tampoco pueden ayudarme… Creo que es más negocio seguir en eso del paganismo.
SACERDOTE: ¡Hombre, no! Que apenas estamos comenzando con esta religión y no podemos estar quemando gente… al menos hasta la Edad Media.

El campesino, ignorando por completo las palabras del sacerdote, desinteresadamente comenzó a marchar hacia la puerta del templo; pero súbitamente el cura corrió tras él y lo detuvo.

SACERDOTE: Un momento… (Dijo, pensando muy bien sus palabras). ¿Qué le parece un Santo?
CAMPESINO: ¿Un Santo?
SACERDOTE: Sí. No es exactamente Dios. No es un ángel. Es alguien bueno, que le puede ayudar.
CAMPESINO: Pero, ¿ustedes no dicen que hay que adorar nada más a Dios?

El sacerdote quedó en silencio, pensando.

SACERDOTE: Sí, verá… (Dijo pausadamente) Es que estos “santos”, son como una especie de ayudantes que le comunican con Dios…
CAMPESINO: ¿Y no dijo que eso es lo que hacían los ángeles?
SACERDOTE: Sí, pero los Santos… son diferentes de los ángeles… porque… bueno… no tienen… alas.
CAMPESINO: Eso suena muy bien… Pero, igual me voy a ir por el paganismo. Es que me gusta eso de ir con la estatua, peregrinar con todos los campesinos… Es muy pintoresco.
SACERDOTE: Pues, fíjese qué casualidad… Con los Santos también se puede hacer eso. Si quiere puede peregrinar con él…
CAMPESINO: ¿Peregrinar con un Santo? Nahhh… (Gruñó con desgano) Tendría que hacer la estatua, y todo eso…
SACERDOTE: No necesariamente… Vamos a buscar una solución. ¿Qué tiene usted en su casa?
CAMPESINO: Bueno, una figura de Saturno…


CAMPESINO: Es un hombre barbudo, con un bastón, y tiene la toga romana…

Sentenció el pueblerino, mientras el cura lo miraba fijamente, antes de estallar en alegría diciendo:

SACERDOTE: Pues, no me lo va a creer… ¡El Santo Patrono de los Campesinos, es exactamente así!

El campesino, feliz como una lombriz, respondió:

CAMPESINO: ¡Guao! Esta religión es lo máximo…

Y fue así como ese Santo sin nombre, creció hasta convertirse en


San Isidro Labrador…

martes, 10 de junio de 2008

Cuando la suma es mucho menos que las partes

Recientemente salí de forma abrupta de un proyecto audiovisual en el cual me encontraba trabajando. Las razones fueron muchas, puntuales y no vienen al caso; sin embargo, todo el asunto me ha llevado a preguntarme qué pasa en el caso de la producción audiovisual venezolana, que en algún momento fue pionera en el continente junto a México y ahora ha quedado relegada muy por detrás de países como Colombia y Chile.

Especialmente digo esto porque he trabajado en TV y (en mi criterio) hay mucho talento en las plantas televisoras. Conozco muy buenos directores, escritores, actores, productores… Pero pareciera que el resultado de todo ese talento no se ve en la pantalla… Entonces viene la pregunta, ¿cómo es posible que haya buenos libretistas, actores, directores y productores y que el producto final sea malo? Respuesta: porque el sistema en el que están, no permite que ninguno de ellos puede hacer su trabajo bien.

Desde mi punto de vista, el oficio audiovisual es mucho más sencillo de lo que parece: el escritor escribe, el director dirige, el actor actúa y el productor produce… Parece fácil, ¿verdad? La realidad es que muchas empresas (no sólo en Venezuela) tienen una extraña y perversa práctica, colocar a una extraña figura que de ahora en adelante llamaré: el placebo audiovisual.

El placebo audiovisual es un ente que bien puede ser un vicepresidente, un productor ejecutivo, un gerente o (como me tocó a mí) alguien cuyo cargo ni si quiera está muy claro. En todo caso, este personaje existe para cumplir una función bastante divertida: que todo el mundo crea que la situación está bajo control. Lo peor de todo, es que esta dinámica le da todo el control a este personaje, el cual además, por lo general, no destaca en producción, dirección, actuación, ni edición; pero por alguna razón, algún dueño de medios (o de la productora) cree que es el indicado para evaluar el desempeño de todos los involucrados en la producción audiovisual. De esta forma se disminuye el riesgo de que el programa no vaya a “gustar” al público (o al cliente). O al menos eso es lo que ellos creen.

¿Y por qué lo llamo el placebo? Pues, porque precisamente es una ilusión. Nadie sabe lo que quiere el público. El negocio audiovisual es un negocio de alto riesgo; esto es una realidad económica reconocida por cualquier industria audiovisual seria. Mientas más rápido lo entienden, mejor pueden contrarrestarlo (y no ignorarlo, como otros quieren hacer).

Lo más lamentable es que bajo este esquena, el director o escritor es poco más que un chivo expiatorio. Por un lado, debe cumplir a cabalidad las órdenes del placebo audiovisual; pero por otro lado, es el culpable absoluto de cualquier desacierto… Algo así como: “si sale bien es gracias a la empresa, y si sale mal es culpa del individuo”. Una postura que, a mi juicio, es bastante lamentable.

El audiovisual es un negocio, sí… Pero también lo es, por ejemplo, el fútbol… Y eso no hace que los inversionistas le digan a los jugadores cómo hacer su trabajo. Lo que busca un equipo es, precisamente, tener a los mejores jugadores y dejarlos jugar de acuerdo a sus capacidades, algo que deberían también hacer las empresas audiovisuales. Después de todo, ¿de qué les sirve tener a los mejores actores, escritores, directores y productores, si después no los dejan hacer su trabajo?

viernes, 6 de junio de 2008

Cita de Jardiel Poncela

Por recomendación de un amigo, descubrí a un extraordinario autor llamado Enrique Jardiel Poncela. Su obra La Tournée de Dios, debe ser de las mejores sátiras jamás escritas en la lengua de Cervantes. Su prólogo, de los mejores ensayos críticos a la humanidad que he tenido la oportunidad de leer, sobretodo porque está escrito en clave de humor.

A continuación, una pequeña cita:

"No tener dinero y simpatizar con el capitalismo, eso es religiosidad también."

No sé por qué, pero me sentí muy identificado.

miércoles, 4 de junio de 2008

Ser venezolano III: ¿se puede definir?

Emilio Lovera, uno de los mejores actores y comediantes de Venezuela, tiene una genial rutina sobre la música venezolana. Sin revelar demasiado acá, puedo decir que se centra más o menos en un nivel de crítica hacia el hecho que cuando la gente piensa en “música venezolana”, inmediatamente lo asocia con música llanera, cuando en realidad existen muchísimos ritmos como los tambores, el polo, el vals, el calipso, la gaita, además del ya mencionado joropo. Eso sin contar la música que existe en cantidad de etnias indígenas que pueblan nuestro país.

¿Por qué la gente entonces asocia la “música venezolana” nada más con la llanera? Yo creo que es simplemente para tratar de facilitar el trabajo. Venezuela es un país tal vez demasiado complejo, con una historia demasiado rica (de la cual en la escuela sólo enseñan un pequeño porcentaje). Un país con una realidad tan, pero tan compleja, que termina siendo muy simple: un país donde cada quien hace lo que le da la gana.

Tal vez es algo que viene heredado desde la época precolombina. Después de todo, mientras en países como Perú o México habitaban grandes imperios que habían impuesto un idioma, una religión y una cosmogonía, el territorio que actualmente abarca Venezuela era un mosaico de una variada cantidad de etnias indígenas, de las cuales sólo sobrevive un puñado. México es el país de los Aztecas, Perú el de los Incas, Uruguay de los Charrúas, Chile de los Mapuches, Bolivia de los Aymará… ¿Y Venezuela? ¿Caribes? ¿Wayuus? ¿Pemones? ¿Piaroas? ¿Kariñas? ¿Añu? ¿O cuál de las cientos que desaparecieron?


A diferencia del proceso de colonización norteamericano, donde los ingleses llegaron a imponer simplemente su way of life hasta que los ingleses que vivían allí decidieron que era económicamente más rentable si se independizaban. Y voilá, fallece el Imperio Británico y da inicio el Imperio Norteamericano. Un país que hereda costumbres y formas de ser, transformándolas un poco, pero partiendo de una base tan rígida como la sociedad inglesa.

Venezuela, por el contrario, es un país donde las mezclas entre ideologías, razas y religiones han dado lugar a una sociedad tan heterogénea y de contrastes tan marcados que resulta casi imposible de definir. Influencias marcadas de España, África, Francia, además de un gran mosaico de etnias indígenas. Eso sin contar la reciente influencia norteamericana (o cubana, para quienes critican a esta última).

Entonces, ¿se puede definir qué nos hace venezolanos? Tal vez, precisamente, el que no queramos definirnos, sino simplemente ser. Más aún, en esta sociedad globalizada, ¿vale la pena definirnos por nacionalidades?